Ana Laura Oliva
La entrevista presenta información valiosa sobre la utilización de métodos cuantitativos y cualitativos para evaluar textos de uso en el aula. Contiene, ademas, opiniones del especialista relativas a la utilidad que estos métodos poseen para los docentes y sugerencias para realizar el trabajo de evaluación y selección de textos escolares, literarios y expositivos. Por ultimo se incluyen datos de interés sobre la trayectoria pasada y ocupación actual del Prof. Alliende.
Comprender lo que leemos implica un actividad mental muy compleja que parte de la interacción entre nosotros, los lectores y los textos escritos. Esta actividad esta influida por las características de la persona que lee -su competencia, su memoria, el vocabulario que conoce, etc.- y por los rasgos específicos de los textos.
¿Qué aspectos hacen que un texto sea mas fácil o mas difícil de comprender? ¿Cómo podemos determinar si un texto es adecuado para nuestros alumnos? ¿Por que a veces los alumnos fracasan al leer trabajos que fueron escritos para ellos?
Conversamos con el Dr. Felipe Alliende, quien nos explicó, entre otras cosas, de que manera los maestros y profesores pueden mejorar las maneras de evaluar el grado de dificultad de los textos que elaboran o seleccionan para trabajar con sus alumnos. A partir de los aportes del Dr. Felipe Alliende, nos proponemos reflexionar y enriquecer los criterios a tener en cuenta para decidir la inclusión o no de textos específicos en actividades de lectura de materiales expositivos para aprender o evaluar aprendizajes y de textos literarios.
El Dr. Alliende parte del concepto de legibilidad -conjunto de atributos de un texto que lo hacen mas o menos «comprensible»- y nos informa que existen fórmulas que utilizando métodos estadísticos nos permiten evaluar el grado de legibilidad de los textos. Las primeras fórmulas de legibilidad se crearon en Estados Unidos en la década del 20 del siglo pasado para el idioma inglés y consideraban solo unos pocos aspectos de los textos, tales como el uso de vocabulario frecuente.
Especialistas del área de la lingüística y de la pedagogía continuaron investigando el tema y analizando los elementos que condicionaban la legibilidad de los textos para mejorar las primeras fórmulas.
El Dr. Alliende es uno de los especialistas que trabajo en esta linea de investigación y elaboró un método para evaluar la legibilidad de los textos castellanos que expone en su libro La legibilidad de los textos. Su interés se centró en la búsqueda de «procedimientos fáciles de aplicar y el aprovechamiento de las posibilidades de la computación para buscar un modo integral de evaluación de la legibilidad que tomara en cuenta todos los facto res en juego.»
El método del Dr. Alliende parte de un detallado análisis de los tipos de legibilidad -material, psicológica, lingüística-, luego propone la utilización de una fórmula estadística para considerar los aspectos objetivos del texto -cantidad de letras, silabas simples y complejas, estructuras gramaticales simples y concluye con una apreciación personal del docente-evaluador sobre aspectos no cuantificables ni medibles en escalas numéricas.
1. ¿Cómo ha sido su trayectoria hasta la creación del método que expone en su libro La legibilidad de los textos?
Mi interés comenzó al trabajar con sectores rurales. Al examinar muchos materiales destinados a la educación de adultos del ámbito rural, pude comprobar la gran dificultad que presentaban para estos lectores. Entre todos los que examiné, encontré algunos textos que usaban algo semejante a la línea controlada. Esto me llevó a reflexionar sobre ese procedimiento y a formular sus bases teóricas y practicas. Tuve conciencia de que ese procedimiento solo correspondía a una recomendación de estilo de carácter gráfico, pero que al mismo tiempo incitaba al uso de oraciones breves y claramente estructuradas.
Posteriormente, me informe sobre las fórmulas de legibilidad a través de las revistas de la IRA y empece a buscar bibliografía sobre el tema. Y junto con Mabel Conde Marin y Neva Milicic organizamos varios seminarios en los que se aplicaron las formulas norteamericanas adaptadas para el español. Los resultados fueron bastante satisfactorios y mostraron que la mayoría de los textos de estudio usados en Chile tenían serios problemas en relación con la legibilidad. Luego vino un contacto con varios investigadores venezolanos, entre ellos Nelson Rodriguez, que habían intentado crear una fórmula fuera de Estados Unidos, pero que solo habían conseguido resultados precarios. Durante varios anos seguimos trabajando con las fórmulas ya elaboradas. Entre todas ellas, fue la de Allan Crawford la que mostró mejores resultados. Sin embargo dicha fórmula implicaba numerosos cálculos que complicaban a los profesores que la pretendían aplicar. Esto me llevó a intentar dos soluciones: buscar procedimientos fáciles de aplicar y aprovechar las posibilidades de la computación para buscar un modo integral de evaluación de la legibilidad que tomara en cuenta todos los factores en juego. De esos intereses nació mi libro sobre la legibilidad.
2. ¿Podría comentarnos cual es la tendencia actual para la evaluación de la legibilidad de los textos?
En la actualidad, el problema de la evaluación de la legibilidad de los textos se considera en gran parte solucionado y no se intentan crear nuevas fórmulas y procedimientos. Todos los trabajos realizados han logrado formar una conciencia de su importancia. Las fórmulas ya elaboradas se aplican en forma rutinaria y los principios básicos que rigen la legibilidad han pasado a ser parte de la "sabiduría tradicional" en Estados Unidos yen Europa. No sucede lo mismo en América Latina, región en la que se observa una generalizada falta de conciencia en la redacción de textos de estudio y en los libros que se recomiendan a los estudiantes. Muchos auto res de textos infantiles, que abordan temas de mucho interés, Y ven frustrados sus objetivos por errores en la legibilidad.
3. ¿Por qué cree usted que en América Latina se observa esa resistencia a valorar y utilizar las fórmulas de legibilidad?
Estimo que en América Latina se observa una resistencia a valorar y utilizar las fórmulas de legibilidad porque son poco conocidas en el mundo académico y solo han sido experimentadas las fórmulas norteamericanas que no arrojan resultados totalmente satisfactorias en el Español. Por otra parte, hay cierta desconfianza hacia todo lo tecnológico» y se cree mas en la intuición y en la experiencia acumulada. Esto sin embargo no es suficiente ya que muchos libros de textos cometen errores garrafales en lo relacionado con la legibilidad. Pienso que las fórmulas serian aceptables si se confrontaran con los facto res aludidos: esto es intuición y experiencia acumulada.
4. ¿Qué aceptación están teniendo los métodos cuantitativos, basados en fórmulas de legibilidad y los cualitativos?
Tal como señalé, los métodos cuantitativos se aplican casi rutinariamente con resultados considerados aceptables. En relación con los métodos cualitativos, hay numerosos estudios, pero se hacen des de diferentes perspectivas. Los esfuerzos mas destacados se hacen en relación con la busca de significatividad de los temas.
5. ¿Cuál es; en su opinión, el valor que estos métodos poseen para el docente que selecciona textos para trabajar con sus alumnos en clase?
El dominio de procedimientos cuantitativos y cualitativos siempre puede ser de utilidad para los docentes que seleccionan libros para sus c1ases. En primer lugar les sirven para tomar conciencia de los aspectos que pueden obstaculizar la legibilidad, en segundo lugar pueden servirles para orientar su trabajo y enfrentar con sus alumnos aquellos aspectos que podrían obstaculizar la comprensión de sus lecturas; en tercer lugar, estos procedimientos pueden ser útiles como guías de estilo para ayudar a sus estudiantes a superar problemas de redacción.
6. Es probable que un docente no cuente con programas especializados para evaluar cuantitativamente la legibilidad de un texto, ¿podría usted realizar sugerencias sobre que cálculos serían los esenciales para contar con una apreciación adecuada?
Es una realidad que los docentes no cuentan con instrumentos especializados para evaluar cuantitativamente la legibilidad de los textos que utilizan. Estos procedimientos son manejados preferentemente por las editoriales, las universidades y algunos auto res de texto. Sin embargo, los docentes pueden hacer cálculos sencillos y aproximados en los textos que eligen en relación con: el largo de las oraciones, el numero de palabras difíciles o poco conocidas. Del mismo modo, con un poco de entrenamiento, pueden tomar conciencia del manejo de los elementos deícticos y anafóricos en el texto, y así darse cuenta de si estos dificultan la legibilidad. Si de todos modos seleccionan el texto, la aplicación de estos procedimientos aproximados les indicara las estrategias que tiene que seguir para que no lleven las lecturas a un nivel de frustración.
7. EI programa Word de Windows realiza algunos cálculos estadísticos (cantidad de caracteres, silabas, palabras, etc.), pero no explicita los criterios que utiliza para determinar que considera, por ejemplo complejidad oracional y de vocabulario. Aún así, ¿Qué utilidad, considera usted, que podría tener para un docente la aplicación de esta herramienta?
Los cálculos estadísticos de Word pueden ser muy difíciles de interpretar. Son usados mas bien con fines prácticos en el periodismo y en las publicaciones, en el caso de que se pida un numero determinado de caracteres o palabras.
8. ¿Considera que existen diferencias significativas ala hora de evaluar textos expositivos destinados al estudio de un contenido y los textos literarios? ¿Cuáles sedan?
Ciertamente hay diferencias significativas. Los textos literarios tienden a la diversidad y apuntan siempre a significados connotados. La diferencia se hace mas notable en el caso de auto res dados a utilizar imágenes y figuras literarias. En las obras literarias gran parte de la legibilidad es psicológica, ya que en ellas el lector busca el interés, la entretención, la apertura de mundos y el impacto estético. Una obra literaria con oraciones breves y claras, con vocabulario fácil y buena tipografía, puede ser poco legible si carece de interés, belleza y significatividad.
En los textos expositivos, en cambio, lo que importa es la claridad del contenido. En este sentido, tienden a la uniformidad. Las diferentes disciplinas suelen tener un estilo propio manejado por la mayoría de sus aut res. Los que se apartan de dicho estilo se vuelven menos legibles.
9. Cuando usted define legibilidad presenta diferentes tipos: material, lingüística, psicológica, conceptual, estructural, ¿Estos aspectos tienen siempre el mismo peso para la evaluación del grado de legibilidad de un texto para una población escolar determinada? ¿Todos deben controlarse en forma exhaustiva o pueden establecerse prioridades, por ejemplo evaluar lo psicológico -el interés- y superar la dificultad lingüística con ayuda docente?
No todos los diferentes tipos de legibilidad tienen el mismo peso. Como señalé en el punto anterior en los textos literarios prima la legibilidad psicológica. Para los lectores mas avanzados, la complejidad estructural de una obra literaria, puede ser un estímulo positivo.
Lo importante es que el docente se de cuenta hasta que punto cada uno de estos tipos de legibilidad pesa en el texto que elige. Si la complejidad de las oraciones y la dificultad del vocabulario es muy alta, esto puede primar sobre los otros tipos.
10. ¿Qué actividades podrían implementarse para superar obstáculos en alguno de los varios tipos de legibilidad de un texto? Por ejemplo, ¿podría trabajarse grupalmente la denotación y la connotación de determinados fragmentos?
En último término, la legibilidad apunta a la comprensión. La legibilidad que se puede medir siempre sed solo una parte del proceso. Esta medición de la legibilidad es un procedimiento previo para determinar los factores que favorecen u obstaculizan la comprensión. Si se quiere profundizar en esta, existen múltiples estrategias que se han demostrado útiles. En el caso concreto de lo denotado y lo connotado en un fragmento se puede llevar a los estudiantes a que frente a un determinado texto se pregunten: ¿Qué dijo?, ¿Cómo lo dijo? ¿En que se baso para decirlo? ¿Qué intención tuvo al decirlo? ¿Qué efecto produce al lector? ¿En qué contexto se puede situar lo dicho?
11. ¿Qué relaciones existen entre legibilidad «óptima» y creatividad e imaginación?
Se trata de dos instancias distintas. La legibilidad "óptima" se refiere a la posibilidad que el texto, tanto producido como leído, tiene de ser comprendido. Esto es importante para seleccionar textos que se traduzcan en un nivel de frustración, en el caso de los textos leídos, como de lograr que los textos producidos sean comprendidos por sus destinatarios.
La creatividad y la imaginación en cambio, apuntan al modo de moverse en el mundo conceptual y afectivo y al manejo del lenguaje. Los textos en los que predomina la creatividad y la imaginación no necesitan una legibilidad óptima, pero S1 requieren que tengan un sentido captable, en primer lugar para el que los produce, y en segundo lugar para sus lectores, que los pueden hacer objeto de múltiples interpretaciones.
Un texto funcional, ciertamente debe tender a una legibilidad óptima en términos de su fácil comprensión por los destinatarios. Un texto creativo e imaginativo tendría legibilidad "óptima" cuando produzca un impacto estético en el lector aunque su comprensión no sea fácil.
Es cierto que pueden existir textos creativos e imaginativos que sean fácilmente comprensibles, por su brevedad, por la sencillez de sus oraciones, por la facilidad de su vocabulario; pero no tendrían legibilidad "óptima" si su proyección estética no es fácilmente captada.
12. ¿Cómo podría un docente “evaluar y mejorar” la evaluación de la legibilidad de los textos que realiza?
La mejor evaluación es la que se hace en relación a un grupo determinado, como es un curso. Si la mayoría del grupo puede leer el texto en forma independiente o con algún apoyo, el docente sabrá que evaluó bien la legibilidad del texto. Si gran parte del curso fracasa en la lectura, qui ere decir que la evaluación no fue acertada. En ese ¿aso, sobre la base de los indicadores de legibilidad que conoce, puede revisar el texto. Del mismo modo, las dificultades que sus alumnos señalen, también le servirán de indicadores. Sobre esa base el docente podrá seleccionar o rechazar el texto para grupos similares.
Si el docente se ha dado cuenta de que su evaluación no fue acertada, puede revisar los distintos tipos de legibilidad. Ah1 podrá descubrir donde estuvo su error. En todos estos, si esta en sus manos, podrá mejorar el textos en los aspectos que presentan dificultad (simplificando las oraciones, aclarando el vocabulario, cambiando la estructura, etc.).
13. ¿Es posible anticipar y considerar las diferencias individuales de los alumnos al evaluar textos de uso común en el aula?
Como en todos los grupos humanos, es posible anticipar que habrá diferencias individuales. Si el docente ya sabe quienes son buenos lectores, quienes no tienen mayores problemas y quienes tienen serias dificultades, podrá sobre la base de la legibilidad que determinó para los textos que examinó, asignar para lectura independiente los que correspondan a as características de cada grupo de lectores. Para seleccionar textos que le servirán para trabajarlos en conjunto, seleccionará aquellos que puedan ser legibles incluso para los lectores con problemas, siempre que les de el apoyo suficiente.
14. En relación con las diferencias individuales y las posibilidades culturales, sería muy útil e interesante que nos delate alguna experiencia de las vividas por usted en culturas indígenas de América.
Mis contactos con culturas indígenas se limitan a Guatemala. Ahi pude comprobar que en caso de culturas tradicionalmente orales, es de extraordinaria importancia que vean representado en el lenguaje escrito sus propias vivencias y su propio lenguaje. Con este fin con ayuda de profesores nativos, hice una recolección de relatos que reproducían testimonios verbales de personas de las propias comunidades sobre temas de gran importancia para ellos, tales como la siembra del maíz, la construcción de una casa, una petición de mano.
Tuve una experiencia muy interés ante cuando un amigo mío indígena, accedió después de muchos ruegos, a explicarle la concepción que los mayas tenían del cuerpo humano. Esto permitió que se entendiera por que fracasaba la enseñanza tradicional sobre las partes del cuerpo que se impartía en las escuelas.
Otra experiencia interesante consistió en comparar las definiciones de las cosas dadas por indígenas y por "ladinos". Mientras los indígenas definían casi siempre las cosas en términos poéticos, los ladinos tendían a hacerlo en forma lógica.
Desgraciadamente mis experiencias se limitaron a la enseñanza del Castellano como segunda lengua, ya que no tengo conocimientos de las lenguas indígenas.
15. ¿Qué opinión le merece el uso del libro de lectura en el aula, en momentos en los que algunos pedagogos promueven su reemplazo por diversos textos de circulación social: periódicos, cartas, afiches, etc.?
Creo que los libros de lectura siguen siendo una necesidad en nuestro medio. Muchas veces es el único material impreso con que cuentan los niños y niñas de algunas escuelas. Yo haría dos observaciones importantes:
En primer lugar, conviene complementar los libros de lectura con todo el material impreso que se pueda conseguir para tenerlo como un recurso siempre a la mano. Yo soy muy partidario de los bibliotecas de aula "artesanales" en las que cada docente, con métodos simples de archivo y mantención, va recolectando materiales diversos que quedan siempre a disposición de sus alumnos.
En segundo lugar, pienso que de parte de los auto res de libros de lectura y de las autoridades que los seleccionan debe especial cuidado, en primer lugar sobre su legibilidad, pero también sobre su carácter: deben ser abiertos. Esto significa que deben señalar actividades que vinculen a los estudiantes con su medio y que se preocupen por sus intereses, necesidades y problemas. A mi modo de ver son fatales los textos cerrados sobre si mismos que llenan a niños y niñas con actividades que no les interesan y que no pueden cambiar.
16. ¿Qué proyectos está llevando a cabo en este momento?
En este momento estoy dedicado de tiempo completo a la elaboración, con un equipo de colaboradores, de los programas de Lenguaje y Comunicación para la Educacion General Básica de Chile. En esta actividad estoy poniendo todos mis esfuerzos y to do lo que he podido aprender a lo largo de 47 años de dedicación a estos temas. Tengo eso si, varios proyectos literarios (novelas, cuentos), que por el momento están en animación suspendida.
Nació en Santiago de Chile en 1929. Escritor y Profesor de Castellano, titulado en la Universidad de Chile en 1960.
En 1990, obtuvo el grado de PH.D, con mención en educacion en la University of Wales (U.K.). Desde 1954 hasta 1995 fue docente de la Universidad de Chile.
Entre 1987 y 1991 se desempeno como consultor externo de UNESCO, para un proyecto de readecuacion curricular en la Republica de Guatemala, teniendo a su cargo la orientación general del curriculum y el area de lenguaje.
En la actualidad es Profesor Titular y mantiene actividad académica en la Universidad de Chile. Es miembro de
Numero de la Academia Chilena de la Lengua y Miembro Correspondiente de la Real Academia Espanola de la Lengua.
Sus principales publicaciones son:
Prueba de comprensión lectora CLP. Universidad Católica. Ultima Edicion: 2.000.
La lectura, teoría evaluación y desarrollo. En colaboración con Mabel Condemarin. Ed. Andres Bello, 1982 (hay reediciones recientes.)
La legibilidad de los textos. Ed. Andres Bello 1994.
Colecciones de libros de textos para la enseñanza del lenguaje en las editoriales: Zig-Zag, Santillana, Dolmen y Andres Bello.
Libros de literatura infantil y juvenil entre los que se destacan:
Mi amigo El Negro. Universitario, 1986. Javiera y Lobito. S.M. 1992.
Javiera y Lobito. S.M. 1992