Diciembre 2013
Por Fernando del Río
Emilio Salgari fue un prolífico escritor italiano de novelas de aventuras. Sus historias, plagadas de animales salvajes, viajes por el mar y continentes misteriosos son protagonizadas por valientes cazadores, feroces piratas, implacables corsarios, aguerridos cowboys o fornidos balleneros.
Un autor (junto a Julio Verne, Mark Twain y Robert Louis Stevenson) que ha signado las primeras lecturas de varias generaciones de lectores en todo el mundo. Sus narraciones plenas de imaginación, historia y escenarios tan diversos como la Malasia, el Caribe, la selva india, los mares árticos o el Oeste, aun siguen cautivando al público y sus libros no dejan de editarse, manteniendo siempre su frescura y vigencia.
En este artículo recorreremos algunos pasajes de su vida y de su obra. Una vida, como veremos, atravesada por la tragedia y una obra inagotable tan brillante como imposible de abarcar.
Primeros años, primeras historias Nacido en Verona en agosto de 1863 en una familia de comerciantes, desde niño Emilio Salgari sentía fascinación por el mar. Siendo adolescente, se inscribe el Regio Instituto Tecnico e Nautico de Venecia. Aunque nunca llegó a licenciarse, estas tempranas experiencias en alta mar se volcarían más tarde en futuras historias.
Si bien él se consideraba a sí mismo como “capitán” (firmando así algunas de sus obras) no hay evidencia de que realizase más viajes. Según declaraba, muchos de sus personajes están basados en personas reales que conoció en su vida como marino, aunque se dice que nunca salió de los límites del Mediterráneo.
De vuelta en Italia, se dedica por completo a la escritura tanto por pasión como por subsistencia: primero incursiona en el periodismo y más tarde en el género novelesco. Trabajaba sin descanso, sin salir de su cuarto, por contratos mínimos que apenas le alcanzaban para mantener a su familia. Los héroes de sus historias, románticos y audaces, cumplían todos los deseos de su autor: luchaban por ideales en medio del mar o la selva, en paisajes habitados por animales salvajes. En 1883, comienza a publicar por entregas su primera novela: “Tay-See”, en el periódico veronés “La Nuova Arena”.
Aparece Sandokán, el tigre de la Malasia
En el mes de octubre del mismo año 1883, comienza a publicar “El tigre de la Malasia” la primera versión de la novela de su personaje más célebre: Sandokán. Más tarde, esta novela se editará con el título de “Los tigres de Mompracem”.
Sandokán es un pirata de Borneo, que se rebela contra la ocupación británica colonial de su territorio y ha jurado vengarse de James Brooke, el gobernador inglés que lo ha desposeído de su trono y ha sido el instigador del asesinato de su familia. Adopta el sobrenombre de Tigre de la Malasia (en otros libros se hace llamar también el Tigre de Mompracem). Cuenta con la ayuda de su leal tripulación compuesta de malayos y dayakos de Borneo, de la que se destaca su fiel compañero, el portugués Yáñez de Gomera.
La inglesa Lady Mariana Guillonk es el principal personaje femenino de la serie y la amada de Sandokán. Su trágico final marcará la vida posterior del héroe. Más suerte en sus amoríos tiene Yáñez, quien se convierte en príncipe consorte de Assam gracias a su matrimonio con la mahrajaní Surama.
El pirata de la Malasia será protagonista de muchas de las novelas de Salgari. Entre ellas: “El Rajah de Sarawak”, “La caída del Rajá”, “Surama la Bayadera”, “La conquista de un Imperio”, “La venganza de Sandokán”, “El Rajah de Kini-Ballu”, “El triunfo de los piratas”, “El falso brahmán”, “La caída de un imperio”.
En 1976 se realiza la primera adaptación al cine del personaje de Sandokán, a la que seguirán varias películas más, una serie de televisión y otra de animación. En 2004, se lleva a cabo una nueva versión del Tigre de la Malasia, aunque algo lejana al héroe original, ya que cuenta con una excesiva fantasía y escenas de artes marciales.
Una vida marcada por la tragedia
Aun cuando sus libros alcanzaban un enorme éxito en Europa (sus libros eran leídos incluso por la realeza y se lo había honrado con el título de caballero) y América, la vida personal de Emilio Salgari estuvo siempre atravesada por penurias económicas y dramas familiares.
Por el grado de celebridad alcanzado y por las grandes cantidades de ejemplares que se vendían de cada una de sus obras, podríamos imaginar que el autor veronés era un hombre feliz y rico. Sin embargo, esto no es así.
En 1889 se suicida su padre, iniciando una cadena de suicidios que incluirán al propio escritor y a dos de sus hijos varones.
En 1892 se casa con la actriz de teatro Ida Peruzzi, el gran amor de su vida y con quien tiene cuatro hijos: Fátima, Nadir, Romero y Omar. En ese año se traslada a trabajar a Turín en la editorial Speirani, que publicaba novelas para el público juvenil.
Años después, en 1898, fija su residencia en Génova donde escribe para el editor Donath, quien le obligaba a entregar tres novelas anuales por un salario de 4000 liras, que apenas le alcanzaba para cubrir gastos domésticos. Eran intensas y largas jornadas de trabajo (hasta 16 horas diarias), de café negro y de encierro en su habitación escribiendo infinidad de historias.
En 1906 decide interrumpir su contrato con Donath y pasa a trabajar para la editorial florentina Bemporad, en el afán de mejorar su apretada situación económica. Escribiría, hasta su muerte en 1911, un total de diecinueve novelas. Su éxito entre el público juvenil fue creciendo, llegando algunas de sus novelas a alcanzar tiradas de 100.000 ejemplares.
No obstante, su anterior editor, Donath lo denuncia por incumplimiento de contrato y Salgari debe indemnizarlo con 6000 liras.
Al fantasma de la miseria se sumaba el dolor de ver cómo su esposa enfermaba de locura, a quien interna en el hospital psiquiátrico de Collegno, cerca de Turín.
Triste, solitario y final
Sus problemas económicos iban en aumento y obligaban al novelista italiano a producir títulos a mayor velocidad, sometido a la tiranía de sus editores y casi sin tiempo para revisar lo escrito. Publica así, en 1907, (junto a otras treinta novelas) “Las maravillas del año 2000”, su primera incursión en el género de la ciencia ficción.
Por aquel entonces el narrador de Verona ya tenía escritas sus más recordadas novelas, verdaderos clásicos como “El rey de los piratas” (1896), “El corsario negro” (1898), “El tigre de Mompracem” (1900), “La montaña de luz” (1902) o “Capitán Tormenta” (1905).
Estas nuevas obras serán menos originales que las anteriores y muchas de ellas serán continuaciones de los ciclos de su héroe más célebre: Sandokán.
Luego de un fallido intento de suicidio en 1909, finalmente en 1911 se quita la vida en un bosque cercano a su casa, sobre la nieve de Turín, según el rito japonés del harakiri. Les deja el siguiente mensaje a sus editores: “A vosotros, que os habéis enriquecido con mi piel, manteniéndome a mí y a mi familia en una continua semimiseria o más aún, sólo os pido que, en compensación por las ganancias que os he proporcionado, paguéis los gastos de mi entierro. Os saludo rompiendo la pluma.”
Breve reseña de algunas de sus obras:
El corsario negro: Emilio di Rocannera, signore de Ventimiglia, era el más famoso pirata italiano del Caribe y se lo conocía como
El Corsario Negro. Es una vertiginosa novela de aventuras ambientada en el histórico asalto del Olonés a la ciudad de Maracaibo, en donde el Corsario tiene como destino vengar la muerte de sus tres hermanos a manos de Wan Guld, gobernador flamenco de dicha ciudad.
El capitán tormenta: no es sólo una interesante novela de aventuras, sino también un heroico fragmento de historia. Sucede durante los ataques de las hordas mahometanas a las naciones cristianas ubicadas en la cuenca del Mediterráneo. Solamente los Caballeros de la Orden de Malta enfrentaban con valor las incursiones de los seguidores de Mahoma. El misterioso Capitán Tormenta es quien defiende la ciudad de Famagusta, sitiada por el Sultán de Constantinopla y su ejército.
El continente misterioso: Ocurre en la Australia de fines del siglo XIX, donde un grupo de exploradores occidentales se enfrenta a la hostilidad de la naturaleza y de las tribus salvajes. El personaje principal, Niro, es un australiano que sirve a los extranjeros, aprendiendo de ellos la ambición sin límites y el uso de armas de fuego. Nace en él el deseo de convertirse en líder de su pueblo y de dominar el continente, luego de haber matado a sus antiguos amos. Más tarde, Niro es ajusticiado por los conquistadores. La novela no sólo describe la historia, cultura y geografía de países exóticos (habitual en las obras de Salgari), sino también la crueldad de los “civilizados” hacia los “salvajes”, ya sean animales o seres humanos.
Otras obras: En su prolífica carrera como escritor, Salgari escribió, según su biógrafo Felice Pozzo, ochenta y cuatro novelas, y un número de relatos cortos imposible de determinar. La mayor parte son novelas de aventuras ambientadas en lugares exóticos.
Según su temática, sus obras se agrupan en los de la jungla, los de corsarios (Sandokán), los del oeste americano y sus aventuras y personajes han sido llevados al cine y la televisión. Entre ellas se pueden citar: “Los piratas de la Malasia”, “Los tigres de Mompracem”, “El Corsario Negro”, “Yolanda, la hija del Corsario Negro”, “El león de Damasco”, “El buque maldito”, “Aventuras entre los pieles rojas”, “La cimitarra de Buda”, “Cazadora de cabelleras”, “El misterio de la jungla negra”, “Sandokán, el rey del Mar”, “Los tigres de la Malasia”, “El Capitán Tormenta”, “La Reina de los Caribes”, “Robinsones”, “Los dos tigres”, “Los náufragos del Liguria”, “Los náufragos del Spitzberg”, “Invierno en el Polo Norte”, “El Filtro de los Califas”.
Se podría afirmar que Emilio Salgari vivió dos vidas. Una dramática, sombría y signada por la desgracia. Y otra que él mismo creó en sus relatos, plena de imaginación y sueños.
Sin duda, Salgari tuvo una concepción romántica de la geografía, de la naturaleza, de la historia y de la condición humana. Una idea exuberante e inmune al deterioro y al desaliento, en contrapartida a los infortunios que debió padecer en su corta vida. Otra constante en sus títulos es la preocupación por la agresión a la naturaleza, tan característica de nuestros tiempos. Por ejemplo, en Los misterios de la jungla negra, El rey del mar, La venganza de Sandokán, El corsario negro, La reina de los Caribes o En las fronteras del Far West, los escenarios exóticos reúnen aventuras donde no se incluyen injurias a los mares y océanos, a la fauna y la flora, a la cultura y la memoria de los pueblos y las razas.
Las obras de Emilio Salgari tienen la vigencia y la potencia de los clásicos. Reencontrarse con sus novelas de héroes arrojados y valientes, pero que siempre conservan una relación noble con la naturaleza es vernos otra vez protagonistas juveniles de estas primeras lecturas de historias de junglas y mares, de cazadores y piratas, donde se exaltan valores como la amistad, la lealtad y el coraje, a veces tan necesarios en los tiempos que vivimos...