Diciembre 2010
Fernando Del Río
Este gran novelista inglés siempre está entre los escritores más conocidos de la literatura universal. Autor emblemático del siglo XIX y de la era victoriana, Charles Dickens dejó una obra prolífica que abarca cuentos cortos, obras de teatro, novelas, ensayos y ficciones.
En sus libros podemos encontrar personajes que han trascendido el tiempo y que complementan sus detalladas descripciones de lugares, gente, valores, clases sociales y costumbres de la época.
Su característica manera de narrar combina con gran maestría el humor y la ironía, así como también una aguda crítica social y un dominio único de la lengua inglesa.
Algunos lo consideraban el vocero de los pobres y necesitados, de los niños desamparados, como él mismo lo fue.
Primeros años
Charles John Huffam Dickens nació en Portsmouth (Inglaterra), en febrero de 1812, hijo de Elizabeth Barrow y John Dickens, un funcionario de la Pagaduría de la Armada en el arsenal del puerto de Portsmouth. Su padre, de carácter afable y generoso al extremo, arrastraría a la familia a enfrentar serias dificultades financieras. Él sería la fuente de inspiración en el futuro escritor Charles cuando crea el personaje de Mr. Micawber, de su novela "David Copperfield" (1850).
Pasó gran parte de su infancia en Londres y en Kent, lugares citados comúnmente en su posterior obra.
Pese a no haber recibido una educación formal hasta sus nueve años (él se describía a sí mismo como un "niño muy pequeño y no especialmente cuidado"), en esa época el pequeño Charles leía con avidez géneros tan diversos como las novelas picarescas en las obras de Tobías Smollet ("Las aventuras de Roderick Random", "Las aventuras de Peregrine Pickle") y Henry Fielding ("Tom Jones") y las novelas de aventuras: "Robinson Crusoe" de Daniel Defoe y "Don Quijote la Mancha", de Miguel de Cervantes Saavedra.
Cuando no asistía a la escuela de William Giles (un graduado de Oxford) jugaba juegos con sus hermanos, recitaba poesías, cantaba canciones y creaba producciones teatrales, que cimentarían en Dickens su amor por el teatro a lo largo de su vida.
Tiempos difíciles
En 1824 su padre fue encarcelado por deudas en la prisión de Marshalsea. Toda la familia fue con él, posibilidad establecida entonces por la ley que permitía a la familia del moroso compartir su celda. Todos fueron, a excepción del joven Charles. Con doce años, su madre lo envió a trabajar a una fábrica de betún para zapatos, la Warren's Shoe Blacking Factory. Su trabajo consistía en pegar etiquetas en cajas, en jornadas de hasta diez horas diarias. Todos los días iba caminando a trabajar y visitaba a su padre los domingos. Lo poco que ganaba (seis chelines semanales) lo utilizaba para pagar su propio hospedaje y ayudar a su familia.
El tiempo idílico de su infancia quedaba atrás. De repente, Charles conocía los rigores del trabajo infantil, destino común para muchos niños huérfanos o desamparados. Esta experiencia, que más tarde describiría en su novela "David Copperfield" (1850), le produjo una sensación de humillación y abandono que le acompañaría por el resto de su vida.
Estas tempranas y traumáticas vivencias serían el origen de los futuros personajes de sus novelas: Oliver Twist o David Copperfield. Dedicaría gran parte de su obra a denunciar las condiciones deplorables de trabajo de las clases proletarias.
Luego de algunos meses su padre fue liberado. La familia volvía al hogar. Pero la situación económica de los Dickens se hallaba lejos de mejorar. Y la madre de Charles tomó la decisión de no retirar a su hijo de la fábrica, que era propiedad de unos parientes suyos. Dickens nunca olvidaría esto, ya que lo consideraba un acto de traición. Su padre fue quien, de alguna manera, lo salvó de una vida de trabajo en la fábrica al inscribirlo como alumno en la Wellington House Academy en Londres desde 1824 a 1827 y ubicarlo así en el camino destinado a convertirse en escritor.
Nace el escritor...
En el año 1827 consiguió un trabajo como secretario legal en el estudio jurídico de Ellis and Blackmore. Luego de un breve tiempo de aprender el oficio y, tras haber estudiado taquigrafía, se convirtió en periodista en el Parlamento. Esta ocupación le permitía realizar precisas descripciones de los hechos, habilidad que luego trasladaría a sus novelas. En su tiempo libre, concurría a la Biblioteca del Museo Británico y estudiaba actuación.
En esa época conoció a María Beadnell, de quien se enamoró. Sin embargo, la familia de ella lo rechazó como pretendiente y además María fue enviada a París por su padre para que terminase su educación. La relación tuvo que terminar.
En 1834 fue contratado por el Morning Chronicle para desempeñarse como periodista político, para informar sobre debates parlamentarios, y viajar a través del país a cubrir las campañas electorales. Sus artículos, escritos bajo el seudónimo de Boz, eran esbozos literarios (sketches) que describían escenas de la vida cotidiana de Londres y que habían ido apareciendo en distintas publicaciones desde 1833. Tras ello, un editor de la ciudad le encargó un volumen de nuevas notas en este estilo, que debían acompañar a las ilustraciones del famoso artista George Cruikshank.
En 1836 estas notas se publicaron formando el primer volumen de Sketches by Boz y le permitió a Dickens casarse con Catherine Hogarth, hija del editor del Evening Chronicle, ese mismo año y con quien tuvo diez hijos El éxito que logró Sketches by Boz animó al escritor a preparar una colaboración similar con el talentoso artista Robert Seymour. Al suicidarse Seymour, H.K. Browne ocupó su lugar. Este ilustrador, apodado Phiz, colaboraría en muchos de los últimos trabajos de Dickens.
El resultado de esta unión será la primera edición de las entregas "Los papeles póstumos del club Pickwick", obra que se asemejaba en su estilo a los cómics y se publicaba en entregas mensuales, algo totalmente novedoso para la época. Un dato curioso: la traducción de esta novela del francés al español fue hecha por Benito Pérez Galdós, en 1868, gran admirador de Dickens y a quien consideraba uno de sus maestros.
De esta forma, empieza un periodo prolífico y comercialmente exitoso en la vida de este escritor. La mayor parte de sus novelas se publican por entregas mensuales. A "Los papeles póstumos del club Pickwick" le siguieron "Oliver Twist" (1837-1839), "Nicholas Nickleby" (1838-1839), "La tienda de antigüedades" (1840-1841) y "Barnaby Rudge" (1841). Sus novelas de a poco se habían ido transformando de cuentos humorísticos en obras de gran relevancia social, análisis psicológico y enorme complejidad narrativa.
Otras actividades y más novelas
Además de las literarias, se dedicó a otras varias actividades en forma simultánea: administró asociaciones de caridad y luchó para impulsar reformas sociales. Dictó varios seminarios en Estados Unidos sobre un acuerdo internacional sobre propiedad intelectual y a favor de la abolición de la esclavitud. También se abocó a la gestión de una compañía teatral que funcionó hasta la subida al trono de la reina Victoria, en 1851 y a las lecturas de sus obras en Inglaterra y en Estados Unidos.
En forma paralela, se ocupó de la edición de los semanarios "Household News" (entre 1850 y 1859) y "All the year round" (desde 1859 hasta 1870, año de su muerte). Escribió dos libros de viajes: "Notas americanas" (1842) e "Imágenes de Italia" (1846), Pronto se editó una serie de cinco libros sobre Navidad: "Canción de Navidad" (1843), "The Chimes" (1844), "The Cricket on the Hearth" (1845), "The Battle of Life" (1846), y "The Haunted Man" (1848).
En 1849 publicó "David Copperfield", relato autobiográfico y del cual llegó a vender la cantidad de 100.000 ejemplares en poco tiempo.
Desde 1851 a 1860 se involucró en la escena teatral amateur de la época: escribió, dirigió y actuó en numerosas producciones locales con sus hijos y amigos, donando lo recaudado a los necesitados.
Publicó más novelas en los años siguientes: "Tiempos difíciles" (1854) y "La pequeña Dorrit" (1855-1857). En 1857, durante una presentación de la obra "The Frozen Deep" en la que actuaba junto a la actriz Ellen Ternan, se enamoró de ella. Charles dejaría a su esposa un año más tarde.
Para el año 1858, Charles Dickens se había convertido en uno de los escritores más leídos de Europa. Al año siguiente publicó "Historia de dos ciudades", a la que seguirían "Grandes esperanzas" (1860-1861) y "Nuestro amigo común" (1864-1865).
Últimos años...
En 1865, cuando volvía de París junto a Ellen y su madre, se produjo el famoso accidente del choque ferroviario de Staplehurst, en el cual los siete primeros vagones del tren cayeron de un puente que estaba siendo reparado. El único vagón de primera clase que no cayó fue donde se encontraba el novelista inglés. Charles ayudó y atendió a heridos y moribundos antes de que los rescatadores llegasen. Este accidente sería el origen de su corta historia de fantasmas El hombre-señal en la cual el protagonista tiene una premonición de un choque ferroviario.
Si bien sufrió heridas menores, Dickens no se recuperaría del todo del efecto post traumático que este hecho le provocaría.
Murió el 9 de junio de 1870 y fue enterrado cinco días más tarde en la abadía de Westminster. En su epitafio se lee: «Él fue un simpatizante del pobre, del miserable, y del oprimido; y con su muerte, el mundo ha perdido a uno de los más grandes escritores ingleses». Dickens no quiso que se erigiera monumento alguno en su honor. La única estatua de tamaño natural de Dickens, data de 1981 realizada por Francis Edwin Elwell, y se halla en Clark Park, Filadelfia, en los Estados Unidos.
Legado
El sueño de Charles Dickens era ser libre y lo consiguió siendo escritor. De estilo florido y poético, se dedicó a satirizar el esnobismo de la aristocracia británica. Sus novelas eran trabajos de crítica social a la pobreza y la estratificación social de la sociedad victoriana.
Admirado y criticado a la vez, Dickens se acercaba y trataba de comprender al hombre común y mantenía cierto escepticismo por la burguesía.
La popularidad de sus novelas y relatos cortos durante su vida y en el presente es fácilmente demostrada por el hecho de que ninguna se ha dejado de publicar. Dickens escribió novelas por entregas, el formato usual para la ficción en esa época, ya que no todo el mundo tenía los recursos económicos necesarios para comprar un libro, y cada nueva entrega de sus historias era esperada con gran entusiasmo por sus lectores, nacionales e internacionales.
Dickens es actualmente y como lo ha sido siempre, admirado por escritores en todas partes como un ídolo literario. Sus novelas han sido llevadas al cine, al teatro y a la televisión gran cantidad de veces.
Tanto los lectores del siglo XIX como aquellos de comienzos del siglo XX apreciaban más las primeras obras del autor, por su sentido del humor y su trasfondo trágico.
Aún reconociendo las cualidades de esta narrativa temprana, los críticos literarios de hoy en día sitúan por encima de ella a las obras de madurez, por su coherencia formal y su aguda percepción de la condición humana, como lo destacable y perdurable de este gran novelista.
Charles Dickens fue un agudo observador y protagonista de la realidad de su tiempo. Un cronista de la pobreza, el desamparo y las condiciones pésimas de trabajo que tuvo que vivir él mismo desde pequeño. Un observador pero a la vez el portavoz de los cambios que habrían de producirse tiempo después en la sociedad victoriana.
Su ejemplo llega hasta nuestros días en las páginas que ha dejado...