Graciela R. Gallelli
“Recordaré que una persona no solo se lanza a la búsqueda del saber con fines de utilidad inmediata. Con frecuencia el saber es pensado como la clave de la libertad, como un medio de no quedar al margen de su tiempo, como un medio de participar en el mundo y de encontrar un lugar en él.”
Michèle Petit
Sobre la base de lo expresado por Petit, consideramos que entrar en contacto con los textos de divulgación científica se torna imprescindible desde los primeros años de la escolaridad, por lo tanto creemos necesario acercarnos a una posible definición. Para ello y de acuerdo con lo que dice el diccionario, comenzaremos por los tres términos que conforman la expresión:
Texto: conjunto de palabras que componen un documento escrito; proviene de textus (tejido).
Divulgación: acción y efecto de divulgar.
Divulgar: poner al alcance del público una cosa.
Científico/a: perteneciente o relativo a la ciencia.
En consecuencia, cuando hablamos de un texto de divulgación científica, nos referimos a un escrito de trama compleja, donde se combinan características de distintos tipos de textos, cuyo propósito es poner al alcance del público y esclarecer un tema relativo a la ciencia. Con respecto a su estructura, será básicamente expositivo o explicativo y, por lo tanto, tendrá las siguientes características:
En consecuencia, cuando hablamos de un texto de divulgación científica, nos referimos a un escrito de trama compleja, donde se combinan características de distintos tipos de textos, cuyo propósito es poner al alcance del público y esclarecer un tema relativo a la ciencia. Con respecto a su estructura, será básicamente expositivo o explicativo y, por lo tanto, tendrá las siguientes características:
organización lógica y jerárquica de las ideas;
exposición analítica y sintética;
uso de gráficos, esquemas, dibujos;
empleo de oraciones enunciativas de estructura bimembre, preferentemente con un orden sintáctico canónico (sujeto-verbo-predicado), con inclusión de proposiciones subordinadas causales, consecutivas, finales, entre otras;
utilización de conectores: causa, consecuencia, etc.;
vocabulario preciso, eludiendo términos polisémicos.
Su punto de partida es un problema que intentará esclarecer en su desarrollo; su finalidad, modificar un estado de conocimiento en otros.
En general, la secuencia explicativa sigue los siguientes pasos:
una situación inicial en la cual se instala el problema;
un problema a explicar;
una respuesta o explicación propiamente dicha;
una evaluación o conclusión de lo planteado.
Si bien, por el hecho de transmitir un conocimiento científico el lenguaje utilizado será el de las ciencias, el mismo estará adecuado a sus destinatarios, en este caso, un público que se acerca a este tipo de texto con el objetivo de adquirir ciertos conocimientos que escapan a su propia especialidad.
Entre los recursos más utilizados, encontramos la reformulación.
La reformulación es un procedimiento que consiste en proporcionar un enunciado que aclara un segmento anterior del texto; los marcadores más habituales son: a saber, en otras palabras, es decir, o sea, sintetizando, en resumen, etc. Por otro lado, cuando el artículo emplea un vocabulario excesivamente técnico, deberá aportar un glosario explicativo de algunos términos.
También se incluyen la modalización de los enunciados, la narrativización de exposiciones, las paráfrasis y las metáforas o la personalización de elementos y la coloquialización. (En Cassany, D., López, C. y Martí, J. (2000) “Divulgación del discurso científico: la transformación de redes conceptuales. Hipótesis, modelo y estrategias” en Discurso y sociedad, Vol. 2, Nº 2, págs. 73-103.)
Los saberes específicos que pueden divulgarse a partir de estos artículos son inacabables; incluyen desde la biología hasta la medicina y la salud, desde la astronomía hasta la religión y las ciencias ocultas, desde las ciencias duras hasta la cibernética y la tecnología, y así infinitamente abarcando todas las ramas del conocimiento.
Con respecto a dónde encontrar este tipo de textos para su inclusión en la Escuela, es muy común hallarlo en folletos de campañas de prevención, en revistas especializadas o no – que pueden incluir algún artículo con estas características – en suplementos especializados, en enciclopedias, en fascículos que acompañan a otras publicaciones, etc. En los diarios suelen aparecer, con asiduidad, artículos de divulgación científica, que pertenecen a lo que llamamos periodismo científico. Desde el punto de vista técnico, el periodismo científico es un soporte especial para acercar los temas de la ciencia al público en general.