Agosto 2011
Gabriela Miandro
¿Por qué enseñar literatura? Para presentar las representaciones que una sociedad tiene de sí misma: la sociedad moderna, latinoamericana, argentina, en una tradición que las identifica. ¿Para qué? Para integrar a los alumnos a esa identidad.
¿Qué pasa cuando la sociedad está en proceso de transformación, cuando los sistemas de validación son puestos en discusión? Los reproductores del sistema -los docentes- nos replanteamos las preguntas y formulamos nuevas respuestas provisorias quizás, pero necesarias para realizar la tarea.
Frase oída hasta la pérdida de sentido “los alumnos no leen”. ¿Qué es lo que deberían leer? ¿Qué es lo que les gustaría leer? ¿Qué es lo que quiero lograr a través de la lectura?
La experiencia docente me dice que una buena historia es lo que los cautiva. La experiencia lectora me dice que una buena historia se arma con una buena narración. Y que, a pesar de todas las nuevas formas y hábitos a partir de las nuevas tecnologías de comunicación, la “fe” en la historia se obtiene a partir del goce de la lectura.
La teoría literaria se sobreimprime sobre la narración. La narración se construye con procedimientos de escritura. ¿Debemos hacer visibles los hilos ocultos de esos procedimientos? Sí, en cuanto consiste en ordenar las percepciones, enseñar cómo se expresa eso en un lenguaje más o menos formal, convencional, aunque no se despliegue un modelo y una terminología técnica específica, ¿Para qué? Para formar lectores que comprendan e interpreten y se constituyan como críticos a partir de sus propios juicios, no sé si primordialmente de la literatura, pero sí de la realidad que representan. ¿Por qué? Porque es la finalidad del sistema escolar, que es al mismo tiempo un sistema de reproducción y transformación.
Pensamos en términos binarios: los que leen sin darse cuenta/ los que explican cuáles son las lecturas “correctas”; dentro de la esfera literaria / fuera de la esfera literaria; buena literatura/ mala literatura; moderno/postmoderno; estético/no estético; y siempre y en cada uno de los casos en términos de positivo/ negativo o bueno/malo.
Parece estéril llevar estas discusiones al aula.
Terreno más fértil es fomentar el diálogo a partir de las interpretaciones, establecer coincidencias, reconocer y diferencias estrategias que apoyan las distintas interpretaciones, a fin de intentar una apropiación del sistema simbólico representado en la literatura
La literatura existe desde antes que la historia, desde que el hombre habla, desde que necesitó representar, darle forma discursiva al mundo para poder, desde esa discursiva, comprenderlo, entenderlo, interpretar el sentido - de manera personal y colectiva - de la realidad (en el caso de los mitos la entidad-identidad es colectiva (debería retomar esto en relación a la escritura colectiva de soporte virtual ¿Tan nueva? ¿Un retorno a los orígenes? ¿Literatura interactiva o hecha a pedir de los consumidores? ¿Un retorno al folletín?)) aun cuando no parezca tener sentido (la realidad).