Mayo 2011
Elisa Orlando D'Andrea
Nubita es una nube pequeña y muy llorona.
Si desde el cielo ve una flor marchita…-Uaaah…-llora.
Si ve algún nene que se cae…-¡Uaaah! -llora.
Es tan, pero tan llorona, que las otras nubecitas no quieren jugar con ella. Ni siquiera quieren tenerla cerca, porque las aburre con su llanto,
Está bien que llore de vez en cuando-, dicen.
Pero Nubita llora por cualquier cosa. Ya nos tiene aburridas.
-¡Vamos, vamos! ¡Dejémosla sola! ¡A jugar bien lejos!
Se imaginan… Al verse sola, Nubita lloró tanto, tanto, que casi inunda un pueblito
El viento, que pasaba tranquilo por el lugar, se asombró al ver de qué manera lloraba esa nube chiquita, por eso se acercó y le dijo: -Nubecita, tranquilízate. No llores más. ¿Qué te pasa? ¿Te perdiste? Contame… ¿por qué lloras tanto?
Uaaah… Estoy sola. Uaaah…Y como lloro por cualquier cosa, no tengo amigos, ni siquiera se acercan. Uaaah…
Tranquilízate, ya pasó. Yo quiero ser tu amigo, No me gusta verte triste.
Uaaah.. ¡Mi amigo! Uaaah… ¡Qué suerte!
Pero, si es una suerte ¿por qué lloras?
Porque…Uaaah… Estoy contenta. Y cuando estoy contenta también lloro…Uahhh…
¡Ah, no! Cuando estás contenta tenés que reir, dijo el viento,
Y sopló suavecito,, menos suavecito, muy suavecito. Le hizo cosquillas a Nubita, que comenzó a reir cada vez con más ganas.
Ahora vamos a seguir juntos Vos adelante y yo soplando. Iremos donde nos necesite, dijo el viento.
¿Necesitarme? ¿A mí?-preguntó Nubita asombrada
Sí. En algunos lugares necesitan de tus lágrimas para mojar la tierra. Yo te empujo, y de paso jugamos y conversamos como buenos amigos,
¡Sí! Sí!! - gritó Nubita muy contenta.
Con el primer soplido empezó a moverse al compás del viento. Desde entonces recorren el cielo juntos.
¡Ah! ¿Saben? En algunos lugares ya son conocidos. Apenas sopla un vientito, miran el cielo y gritan: -¡Ahí viene! ¡Qué suerte! ¡Llegó la nube llorona! ¡Tenemos agua segura!