Diciembre 2009
Graciela Rosa Galleli
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El 25 de septiembre, en la sede del Centro de Docentes Jubilados y Pensionados de la Ciudad de Buenos Aires se presentó el ensayo de Elsa Plácida Vulovic, editado por la Asociación Argentina de Lectura. Se refirieron a la obra Graciela Rosa Gallelli y Elisa Orlando de D'Andrea. A continuación, trascribimos las palabras de la Profesora Gallelli.
Cuando recibí la propuesta de presentar un libro sobre Germán Berdiales, automáticamente recordé un título asociado a mi niñez y a mis primeros años de docente: Las fiestas de mi escuelita. Tengo viva la imagen de haber leído varias veces las obras que Berdiales volcó en esas páginas junto a mi padre, entonces docente, y la desesperación con la que un día, ya maestra, buscaba el libro que creía perdido, en mi casa. El libro apareció y volví a leerlo y a compartirlo con mis alumnos.
Más allá de Las fiestas de mi escuelita – lleno de momentos plenos de afectos y sentimientos – recordaba algunas poesías del autor pero nunca lo había imaginado como un escritor tan prolífico ni tan amplio en su producción. La lectura de este ensayo -en cuyas páginas se trasluce no sólo el trabajo de una verdadera investigadora sino la presencia de alguien que admira y admiró a este gran escritor, a pesar de no haberlo conocido personalmente- me reveló la existencia de un verdadero Maestro de la Literatura Infantil Argentina. A medida que avanzaba en la lectura de sus páginas, no dejaba de asombrarme el amplio abanico que se abría desde distintos ámbitos de la escritura; basta recorrer el índice para sentir la necesidad de conocer en profundidad la obra de Berdiales. Los invito a seguirme en ese recorrido…
Ya en el primer capítulo aparece quien va a ser su amigo, más que amigo, su hermano Pedro Inchauspe -fue también su cuñado- a quien recuerda con emotivos versos transcriptos en las páginas 15 y 16. Con él formó un verdadero equipo de trabajo y, juntos, publicaron varios libros de lectura.
Seguimos nuestro recorrido y nos encontramos con un Capítulo cuyo título me retrotrae -una vez más- a mi infancia o, mejor dicho, a la infancia de mi generación y de varias anteriores… Ese título es Corazón, de Edmundo D´Amicis. Junto a Pedro.
De izquierda a derecha: Juan Esteban Serchio, Presidente del Centro de Docentes Jubilados y Pensionados de la Ciudad de Buenos Aires, Graciela Rosa Gallelli, Elsa Plácida Vulovic, Elisa Orlando de D'Andrea y M. Ruth Pardo Belgrano que presentó a las disertantes.
Inchauspe, teatraliza esta novela, adaptándola a nuestra realidad, trabajo publicado en El Monitor; de allí la gran difusión de algunos capítulos por ejemplo De los Apeninos a los Andes, cuya lectura nos hizo llorar más de una vez y alcanzó tanta difusión que su versión cinematográfica emocionó también a toda una generación.
Dejamos Corazón, y entramos en el Cap. 4 -quizás el más frondoso en cuanto a cantidad de obras- * El teatro para el aula.* Diálogos, monólogos, obras para leer y representar integran varios volúmenes de una obra que tanto toma fechas patrias como fábulas conocidas o cuentos tradicionales, entre otras, y las convierte en temas básicos de estas obras que alcanzan gran difusión. Como cierre de este capítulo, un fragmento que lo sintetiza:
“Hasta aquí nuestro acceso a parte de la producción de Berdiales para el teatro infantil. Hay dos constantes: la continuidad y la calidad del material. La lista que precede este párrafo señala las preferencias del maestro, sus inclinaciones estéticas y la orientación ideológica, así como otras facetas de su producción revelan un hondo sentido iberoamericanista y la inconmovible vocación docente que lo caracteriza.” (pag. 52).
Fabulario, cuentos y leyendas es la próxima estación de nuestro recorrido; su obra fabulística se recopila en el Fabulario y en La fábula en la**escuela, donde aparece una vez más, la actitud docente del autor.
Una nueva estación -menos difundida- Colaborador en diarios y revistas ofrece un sinnúmero de artículos y poemas entre los que se destaca su Rezo paraAlfonsina, con motivo de su trágica desaparición que viene a unirse a las de Horacio Quiroga y Leopoldo Lugones, ambos de gran significación en la vida de Berdiales.
Siempre en el ámbito del periodismo, surge su participación en uno de los diarios más prestigiosos de Buenos Aire, a partir de la década del 30… Y va a ser allí donde, el 30 de marzo de 1975 publicará su Soneto Confesional, con el que daría su adiós final, ni más ni menos que en el diario que buscaba, de niño todos los domingos, para leer los cuentos de Ada Ma. Elflein.
Las estaciones siguientes -El maestro del centón- podríamos decir el recopilador o antólogo de obras para niños -El ensayista y el traductor, Prologuista y notero, y Socio de… anticipan los capítulos finales donde se destacan el reconocimiento recibido en nuestro país y en el extranjero así como la etapa de Muerte y olvido a la que parecen destinados- en nuestro país- los grandes hombres que perduran gracias a su obra y al merecido reconocimiento de alguna autora como Elsa Plácida Vulovic en las páginas de un libro que, vuelvo a repetir, es un ejemplo de seriedad y respeto, desde el punto de vista de la veracidad y la minuciosidad de los datos recogidos, y de admiración, por los sentimientos que deja traslucir.
No quisiera cerrar esta exposición sin leer un poema que me llenaba de placer cuando era niña y que yo leía en la colección de Libros del Bolsillito: la *Ronda del Zapatero: *
*Tipi tape, tipi tape, *
*tipi tape, tipitón, *
*tipi tape,zapa - zapa – *
*zapatero remendón. *
*Tipi tape todo el día, *
*todo el año tipitón, *
*tipi tape, macha - macha – *
*machacando en tu rincón. *
*Tipi tape en tu banqueta, *
*tipi tape, tipitón, *
*tipitón con tu martillo *
macha - macha - machacón.
*¡Ay tus suelas, zapa - zapa- *
*zapatero remendón, *
*ay tus suelas, tipi tape, *
duran menos que el cartón!
*Tipi tape, tipi tape, *
tipi tape, tipitón ... (pag 104)
... Y ya para finalizar, la frase de germán Berdiales que sirve de epígrafe a la Introducción: “A los niños: Nunca inclinéis la cabeza ni bajéisla vista sino es sobre las páginasde un libro” (pag. 7) que no es ni más ni menos que un canto a la libertad.