Elsa P. Vulovic
El descubrimiento fortuito de la calle Caperucita - una cortada entre las calles Picheuta, del Barco Centenera, Saraza y Balbastro, en Parque Chacabuco, nos llevó a indagar si había más personajes de ese tipo en la nomenclatura de las calles de nuestra ciudad.
Pronto la pesquisa se expandió a autores y libros que las mencionan así como plazas y también monumentos que los rememoran, siempre que correspondiesen a personajes de la literatura destinada a los niños y jóvenes o que habíamos leído en esas edades, por gusto o razones de estudio.
Ya conocíamos el gracioso grupo estatuario del cuento de Perrault, la niña de la caperuza roja y el lobo, realizado en mármol por el escultor francés Jean M. Carlus, emplazado actualmente en Avenida Sarmiento entre Adolfo Berro y Libertador, en el Parque Tres de Febrero.
En recorridas divertidas a veces por lo absurdas - en un paso a paso - del presente hacia el pasado, fuimos viendo los lugares que luego registramos. El planteo inicial se amplió con el aporte de gente amiga, y el de los pequeños, los mejores observadores y a quienes va dedicada esta primera recopilación.
Los datos obtenidos se organizaron en dos cuadros, uno de piezas escultóricas y el otro de calles ordenadas por orden alfabético; cuando se estimó conveniente se vinculó con un asterisco autor y obra, por ejemplo, José Enrique Rodó con su libro Ariel, nominación de dos arterias.
El año de las ordenanzas que fijaron las denominaciones, el emplazamiento elegido, los cambios efectuados, los artistas plásticos involucrados, nos resultó interesante por las implicancias políticas que a veces sugieren.
Como un saludo muy cordial a la niñez y juventud de todos los tiempos se incluyen aquellos símbolos que las evocan, así como animales y plantas que amamos. Desde ya el listado es incompleto, totalmente parcial y, además, porteño. Probablemente algunas designaciones y piezas escultóricas hayan cambiado de destino, del momento del registro de estos datos, y dónde están ahora - al tiempo de su lectura - en Buenos Aires, resulta a veces un enigma a descifrar (el canillita, en honor a Florencio Sánchez, que estaba en la avenida Chiclana y Dean Funes y luego en la entrada del Teatro San Martín, ahora ?dónde está?).
La dichosa Caperucita que impulsó este pequeño proyecto, en su versión escultórica en mármol, primero fue colocada en las Barrancas de Belgrano de Buenos Aires. En 1937 fue trasladada al sector de la Plaza Lavalle que queda sobre la avenida Córdoba. Veinticinco años después se la reubicó en los bosques de Palermo; poniendo en su lugar una robusta estatua de Hipólito Yrigoyen.
Nos consuela saber que aún está ahí - Caperucita - porque no tuvieron igual suerte otros grupos escultóricos hermosos que disfrutamos en nuestra niñez , sustraídos por la codicia del bronce y la desidia de los responsables de su cuidado. En esta primera entrega va el listado de las piezas escultóricas, para una lectura diferente
Fuente de Caperucita y el lobo: Mayochi Enrique Mario, Belgrano 1855 - Del pueblo al barrio - 1993, Fundación Banco de Boston, Cuadernos del Águila 18, Buenos Aires, 1993
Guía Turística de Buenos Aires, La Plata y alrededores ACA, Buenos Aires.
Monumentos y obras de arte en el espacio público de la ciudad de Buenos Aires, Comisión de Preservación del Patrimonio Histórico-Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, Colección Cuadernos Educativos, Buenos Aires, 2001
Magaz, María del Carmen y Arévalo, María Beatriz, El escultor Alberto Lagos en el barrio de la Recoleta, Junta de Estudios Históricos de la Recoleta 3 La Recoleta Buenos Aires Agosto 1991
Guías Visuales de la Argentina Clarín, Buenos Aires Centro Histórico. S/F
Viajar Hoy Guía Turística de Argentina, Ciudad de Buenos Aires y alrededores, mar y sierras, Yelinver Argentina 2006/7
Sosa de Newton, Lily, Diccionario Biográfico de Mujeres Argentinas, Editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1980. Pág. Luisa Isabel Isella de Motteau (1886-1942)