Haciendo una mirada a través del tiempo, recuerdo con claridad mí paso por la Escuela Primaria. Me voy a detener especialmente en las clases de lectura. En ellas las maestras nos hacían abrir el libro en una determinada página y toda esa hora hablábamos acerca del contenido de la lectura. Nos hacían señalar las palabras que no entendíamos. Ellas leían con detenimiento cada párrafo y después explicaban las palabras que presentaban dificultad y llegaba el momento en que las alumnas debíamos leer. En este momento del proceso se nos exigía una dicción clara, ritmo en la lectura, la entonación y el respeto de los signos de puntuación...